MODOS DE VIDA
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El fablab de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura nació con la idea de tener una dotación de personal que la crisis echó abajo incluso cuando todavía no era fablab. Durante sus 9 años de existencia sólo ha podido tener un técnico de laboratorio al frente de las instalaciones y una legión de voluntariosos estudiantes y profesores que, sabiendo la importancia del espacio y aprovechándolo para lo que está concebido, aprender, han podido aportar todo ese talento, creatividad y trabajo que han hecho de fablab un sitio tan transversal dentro de la Universidad de Sevilla.

Echando la vista atrás, podemos ver distintas iniciativas que han podido saltar de la Escuela de Arquitectura a la aventura empresarial. Estudiantes que, a partir de las muchas posibilidades que el laboratorio ha podido crear no sólo en formación, sino también en proyectos, han adquirido las capacidades suficientes como para poder dar ese salto.

Sin contar la cantidad de arquitectos que llevan en sus currículums el haber participado en nuestros cursos de formación sobre tecnologías de creación digital, que indican que son competentes en campos muy novedosos, antes y ahora, como las 3D, el BIM, la fotogrametría, el diseño paramétrico o la fabricación digital, entre otros, también están los que enfocaron en lo peor de la crisis sus proyectos de negocio en estas áreas.
Los primeros fueron Common Fab, un trío de arquitectos, Belén Barrigón, Juan José Olmo y José Laulhé, que formaron una cooperativa en pleno centro de Sevilla que abrió el camino para otros muchos. Si bien sus caminos se separaron hace poco tiempo, siguen vinculados a la fabricación digital de la que fueron precursores en Sevilla.

Otro de nuestros referentes nos lleva a Jaén, a Cambil, donde el arquitecto egresado de la Universidad de Sevilla, Andrés Cabrera Castro, está al frente de Cambilab, un laboratorio de fabricación digital en Sierra Mágina. Allí enseña, fabrica, innova, trabaja para su comunidad desde el enfoque que tienen los fablabs, compartir el conocimiento para beneficio de la comunidad.

Pablo Pardal es un arquitecto egresado de la Universidad de Sevilla que es un viejo conocido de nuestro grupo "Melancólicos Poliedros" que, además de jugar con formas geométricas, las conjuga con materiales y técnicas tradicionales, consiguiendo que sus vidrieras, lámparas y otros diseños dialoguen entre la tradición y la contemporaneidad.

Nacho Domínguez Adame es otro de esos innovadores y divulgadores de todo tipo de tecnologías que se apoyan en su formación para desplegar todo el talento que le permite hacer bien aquello que se proponga, ya sea virtual, con trabajos muy logrados en video mápping, rénders o publicaciones, o trabajos en diseño de producto. Actualmente forma parte de 12lab, imparte cursos avanzados en software de diseño y sus proyectos son de una calidad sorprendente.


Estudio Extramuros, compuesto por Fabiola Muñoz y Carlos León, no son exclusivamente artesanos digitales, se puede decir que tocan un poco de todo. Sus pop ups, sus ilustraciones, que han visto publicadas en revistas de prestigio, sus propuestas en campos como caligrafía y arquitectura, que hacen tan cercanos que se mezclan y complementan, hacen de este estudio un equipo en el que nada de lo que se planteen se les resiste. "Nuestra relación con el fablab les lleva siempre a tenernos como punto de prototipado", nos cuentan. Tienen la idea, buscan en el fablab la forma de hacerla.


Jose Luís Márquez es otro estudiante de la Escuela de Arquitectura con alma de empresario. Lo vio fácil, quería llevar sus diseños a las tiendas. En el fablab podíamos ayudarle a crear los prototipos pero no con la producción en cadena.




Manuel Benítez es otro de nuestros estudiantes que, casi acabando Arquitectura, ya se ha embarcado en un proyecto empresarial que tiene algo de filosofía máker. Es uno de los fundadores de La Urdimbre, formada por arquitectos, abogados y gestores de empresas, que con este equipo multidisciplinar que ayuda a otros emprendedores y empresas desde su constitución, diseños de espacios de trabajo y todo lo necesario para empezar sus proyectos.

Por último, queremos nombrar una iniciativa que nos gusta mostrar como Plataforma de Aprendizaje 3D y que nació de nuestra relación con la empresa CDWeb, a raíz de la necesidad de dotar de una impresora 3D al departamento de Estructuras de la ETSA. De colaboradores en todo lo que se refiera a tecnología, pasamos a compartir la creación de MINIFAB, una plataforma de aprendizaje para formar a aquellos que querían tener un contacto fiable y seguro en una tecnología todavía muy nueva y poco segura.
Son ya más de 40 impresoras 3D funcionando como una comunidad donde los problemas se resuelven entre los usuarios, la impresora es OPEN y las modificaciones y mejoras se comparten inmediatamente entre todos.